El hecho de que los turistas que viajan a Bahía tengan acceso a
los productos y servicios de alta calidad que ofrecen conocidos
complejos turísticos como Costa do Sauípe, Super Club Breezes,
Reserva Imbassaí, Iberostar, Ecoresort Praia do Forte y Vila Galé
Mares Hotel Guarajuba, no es novedad.
Ahora bien, las experiencias que hay tras los hechos son otros
tantos motivos por los que vale la pena escribir sobre el tema. Son
vivencias de cientos de personas de la región cuyas vidas se vieron
radicalmente transformadas por iniciativas destinadas a fomentar el
empleo, mejorar los salarios, preservar el acervo cultural,
integrar a las mujeres y contribuir al desarrollo de los pequeños
productores.
Todo el mundo sabe que a la hora de hacer negocios, los pobres
pueden adolecer de falta de instrucción y no tener contacto alguno
con quienes puedan ayudarles a ampliar sus negocios en la economía
formal.
Mediante el programa del ITC se vincula a las comunidades
locales con las cadenas de valor de los productos y servicios que
pueden suministrar. También se trabaja con las comunidades para
ayudarlas a organizarse en el plano local o regional y mejorar sus
capacidades ofreciéndoles formación y asistencia comerciales. Desde
la puesta en marcha de este proyecto en 2003, se crearon más de
2.000 puestos de trabajo en la región. Los ingresos de la comunidad
procedentes del turismo aumentaron un 500% y la asistencia a las
escuelas primarias, ocho veces.
El programa está diseñado para capacitar a hoteles y turistas a
contribuir conjuntamente a un turismo inclusivo. Los resultados
fueron impresionantes ya que por un lado, las necesidades de los
turistas se suplen con mayor eficiencia y, por el otro, la
población local se beneficia directamente de ese mismo turismo del
que antes se resentía.
El turismo inclusivo realza la experiencia de los huéspedes que
consideran satisfactorio el hecho de que los mismos lugares
turísticos que les ofrecen estándares internacionales de comodidad
también contribuyen directamente al desarrollo de la comunidad
local.
El ITC, con apoyo de varios socios locales, estimula la
participación de la comunidad en las cadenas de valor relacionadas
directa o indirectamente con el turismo. Varias iniciativas en
preparación generarán más de 20.000 nuevos puestos de trabajo en
los próximos cuatro años. Poco a poco, la situación de la gente del
lugar va mejorando y eso influye positivamente en cada familia.
Citemos el ejemplo de la cooperativa de 60 mujeres que se creó para
confeccionar uniformes del personal hotelero. El número puede
parecer pequeño, pero 60 mujeres son 60 esposas y madres que ahora
tienen mejores posibilidades de criar a sus hijos con dignidad.
En la primera escuela hotelera de Bahía, creada con apoyo del
ITC, cada año se capacitará a 950 vecinos de comunidades locales y
personal hotelero, lo que reforzará la base de competencias
profesionales.
En el sector agrícola, 500 familias de pequeños productores
reciben asistencia técnica y financiera para producir verduras
destinadas a los hoteles con el incentivo añadido de usar
tecnología de producción limpia. También se apoya la agricultura
orgánica para estimular la recuperación del suelo mediante el uso
de fertilizantes orgánicos que se producen a partir de la
biodegradación acelerada de los residuos orgánicos que generan los
propios hoteles. Además, eso permite que más de 500 agricultores
adquieran fertilizantes orgánicos a precios subvencionados.
Se construyó un depósito para productos agrícolas cuya gestión
está a cargo de una cooperativa que cuenta con 105 miembros y
también venden miel y otros productos orgánicos de la región.
Por otra parte, el turismo de Bahía se propone fomentar el
empresariado cultural mediante el patrocinio a pequeñas empresas de
cultura y esparcimiento con mirar a ampliar la experiencia cultural
en los hoteles. Se espera que esta iniciativa genere más empleo y
oportunidades de negocio para unos 350 empresarios locales.
Actualmente, el abastecimiento local de productos relacionados
con el turismo abarca frutas y hortalizas, jabones y champúes,
ropa, mariscos, arte y artesanía.
La capacitación técnica también se está ampliando a la
informática y a los servicios de construcción civil relacionados
con el desarrollo de complejos turísticos.
Estos avances no sólo redundan en una mejora de los recursos
financieros de la región, también ofrecen posibilidades de una vida
mejor a la comunidad local.