Somalia atraviesa una de las peores carestías del mundo en 60 años. La escala de ese desastre humanitario es el aciago telón de fondo de este número de Forum de Comercio Internacional en el que abordamos la seguridad alimentaria, la agricultura y el desarrollo del comercio.
El comercio está al centro del debate sobre la alimentación. La relación entre la producción y la distribución de alimentos a los consumidores es fundamental para una sociedad sana y segura. En el marco de la Ayuda para el Comercio, nuestro rol consiste en contribuir a capacitar en lo que respecta a la producción y toda la cadena de valor. Emergencias como la del Cuerno de África lo muestran crudamente y la logística es la clave para abordar ese problema.
También cabe señalar que los países en desarrollo son los mayores proveedores de ayuda alimentaria en situaciones de emergencia. Según el Programa Mundial de Alimentos, 80% de su ayuda proviene de los países en desarrollo más cercanos a la zona en cuestión. Por lo tanto, todo lo que podamos hacer para maximizar la productividad y la eficiencia de la producción y distribución de alimentos en esos países repercutirá mucho en los resultados humanitarios.
Garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de la población mundial, que probablemente pasará de 7.000 a 9.000 millones en 2050, cobra cada vez más importancia en los programas de desarrollo. Abordar dificultades como las que traen aparejadas el cambio climático, el uso del agua y la tierra, el crecimiento demográfico, la seguridad energética, la migración y la urbanización requerirá innovación técnica, así como una inversión y una intervención política significativas.
En el Tercer Examen Global de la Ayuda para el Comercio, que tuvo lugar en la sede de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en julio de 2011, Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, sostuvo que debemos explotar plenamente el potencial de la Ayuda para el Comercio a fin de avanzar en la consecución de la seguridad alimentaria y nutricional.
Pascal Lamy, Director General de la OMC, recalcó este punto afirmando: ‘Podemos esforzarnos por explicar mejor por qué la Ayuda para el Comercio puede servir de apoyo para cumplir objetivos más amplios como la mitigación de la pobreza, el bienestar social, la seguridad alimentaria, el empoderamiento de la mujer, la adaptación al cambio climático, la generación de energía y el desarrollo sostenible.’
Abordar cuestiones relacionadas con la seguridad alimentaria reside en construir la confianza y la calidad mediante sistemas de cadena de suministro que sean sólidos y eficientes. Por consiguiente, es fundamental que organizaciones competentes respalden a productores informales, pequeños productores y microproductores a fin de asegurar una distribución apropiada. La solución no reside únicamente en la producción agrícola, sino más bien en toda la cadena de suministro.
Las cuestiones múltiples e interconectadas que guardan relación con la seguridad alimentaria requieren un enfoque colaborativo a fin de determinar dónde invertir en infraestructura para complementar la producción. También requieren considerar cómo aplicar sistemas de calidad para lograr que la producción, la cosecha y la distribución tengan un precio apropiado. Aumentar la producción es solo un elemento de la ecuación. La atención ha de centrarse en mejorar la calidad del producto, los métodos de procesamiento, la consiguiente financiación, la eficiencia y la transparencia de los procedimientos de compra y venta de los productos, resumiendo: en el comercio.
En este número exploramos algunas cuestiones clave de la seguridad alimentaria y recogemos comentarios de expertos y organizaciones líderes como la OMC, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, el Centro Internacional de Comercio y Desarrollo Sostenible y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias. Los propios expertos del ITC hacen aportes y agroempresarios africanos revelan secretos de su éxito.
A pesar de las dificultades por delante, aplicando políticas apropiadas, la seguridad alimentaria gira en torno a la innovación y la adaptabilidad, y es apuntalada por sólidos sistemas de producción y distribución. También reviste singular importancia reconocer el papel vital que desempeñan productores y empresas de países en desarrollo y su aporte a la totalidad del suministro mundial.
Por todo ello, el ITC seguirá centrando sus programas de trabajo en desarrollar la capacidad de empresas de los sectores de producción agrícola y distribución de alimentos de economías en desarrollo, al tiempo que identifica y comparte experiencias positivas de colaboradores como en este número de Forum de Comercio Internacional.