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Comercio Internacional, Forum de Comercio Internacional - No.
1/2006
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Las empresas pueden ayudar a que la opinión
pública comprenda las ventajas del sistema multilateral de
comercio.
Este no es momento de desinteresarse ni dormirse en los
laureles, pues la apertura de grandes mercados y los enormes saltos
de la tecnología abren auspiciosas oportunidades. No obstante,
también es una época de graves riesgos como la propagación del
proteccionismo y el "preferencialismo" en el comercio.
Desde la publicación de la Declaración de Doha, en noviembre de
2001, se ha venido barajando la perspectiva de conciliar la
liberalización del comercio multilateral con las múltiples y
diversas prioridades del desarrollo.
Persiste la impresión de que las empresas no tuvieron una
participación constructiva en el debate sobre las políticas que
deben regir el comercio multilateral, mientras que los principales
grupos de promoción no gubernamentales extendieron su influencia.
Si las empresas multinacionales del Norte y el Sur obvian la
responsabilidad de participar en las políticas públicas, tal vez,
se encuentren con un entorno de negocios mucho más complejo y
restrictivo, y a costos de transacción mucho más altos. El debate
comercial ha ganado la esfera pública, terreno de acción poco
habitual para las empresas que tendrán que redoblar esfuerzos para
corregir malentendidos respecto al mercado abierto; por ejemplo,
que el sistema de comercio mundial tiene por único objetivo
beneficiar al sector privado a expensas del bien público.
Llevar a buen puerto las negociaciones de Doha será difícil si no
se logra cambiar radicalmente las opiniones y percepciones de la
gente. La pérdida de puestos de trabajo y otras dificultades del
empleo son los barómetros de la opinión pública en los países
ricos. Los mismos pareceres están surgiendo en los países en
desarrollo, donde se había esperado que las nuevas políticas
comerciales conllevaran una reducción considerable de la pobreza a
corto plazo. Esas expectativas de lograr ventajas relativas y
compensaciones individuales se nutren del silencio de los grupos de
consumidores y productores que esperan beneficiarse de la
globalización.
Para que el nexo entre comercio y desempleo sea sustituido por el
nexo entre comercio y creación de empleo, los líderes políticos de
todos los países deberían trabajar codo a codo con sus bases
electorales a fin de orientar las medidas de ajuste, asegurar un
marco regulador nacional que sea apropiado, superar las
deficiencias estructurales y explicar la lógica de los sacrificios
a corto plazo para obtener beneficios a largo plazo en el sistema
de comercio mundial.
La mayor transparencia de los procesos de negociación de la OMC
contribuirá a que la prensa y la opinión pública vean con nuevos
ojos el comercio multilateral. La falta de confianza de la gente
explica la importancia cada vez mayor que cobran los procedimientos
judiciales cuando, en realidad, lo que hace falta es justicia en
los resultados comerciales. Habrá que sortear ese gran escollo, si
se pretende que el sistema de libre comercio multilateral sea
considerado ventajoso para todos.
Tampoco hay que olvidar la tecnología, uno de los principales
motores de la globalización. La innovación de procesos y productos
en el marco de redes mundiales es impulsada esencialmente por las
empresas. Uno de los retos más difíciles que se plantea a la OMC es
unir a la industria y los negociadores para definir un marco
regulador internacional suficientemente dinámico y flexible que sea
aplicable en entidades sujetas a una rápida evolución.
Por último, cabe suponer que al modificarse los equilibrios
mundiales, las normas comerciales multilaterales del futuro
gravitarán en torno a los países en desarrollo que tendrán que
asumir un mayor liderazgo, aunque sólo sea para definir criterios
de comparación de resultados y proponer una delimitación rigurosa
de futuras obligaciones como la supresión de discriminaciones. Esa
es una responsabilidad que comparten gobernantes, dirigentes
empresariales y líderes de la sociedad civil.
Resumen de la declaración del Evian Group tras la reunión de
intercambio de ideas sobre los desafíos que se plantean al sistema
multilateral de comercio que tuvo lugar en el Instituto
Internacional de Fomento de la Gestión, Lausana, Suiza, en febrero
de 2006, en la que participaron altos funcionarios de comercio,
ejecutivos de empresa, académicos, periodistas y representantes de
ONG. Para más detalles sobre el Evian Group consulte el sitio web:
http://www.eviangroup.org